¿Qué esperar mientras estás esperando (a que postee algo)?
Mi camino en Substack: pasado (2019-), presente (2024) y futuro...
Creé esta cuenta de Substack intrigado por el auge que están teniendo las newsletters según una charla que tuve con
. Qué raro —pensé— que la gente quiera recibir más correos cuando ya de por sí recibimos montones de cosas a diario; muchas de ellas, nunca leemos. Pero me gusta la tecnología, me intriga el rol de los “medios” y me gusta saber cómo funcionan las plataformas que van apareciendo. Así que heme aquí, con un “Coming soon” inicial del “Substack de Jorge” y poco más que contar por el momento.Actualización en Agosto de 2024:
Prefacio
Creé esta cuenta en 2019 y, como ya dije, me parecía extraño el pedir más correos. El correo, uno de los primeros lugares “propios” de internet, se había transformado de un lugar personal —donde te comunicabas con amigos y conocidos—, a un lugar donde te llegaban las promociones y recuperabas tu contraseña perdida. Ahora que teníamos redes sociales y aplicaciones de chat no tenía mucho sentido enviar correos como si fuera 2006. Igual que pasó con el buzón físico, cuando tuvimos otras maneras de comunicarnos, pasamos de recibir y enviar cartas a recibir facturas. Igual que con el buzón físico, te llegaban boletines promocionales de cosas a las que no recordabas haberte suscrito (y algunas veces era así; el mundo virtual está lleno de trucos y triquiñuelas).
Para ese año que ahora se siente tan lejano, pre-pandemia, habíamos pasado ya por la época de los RSS donde la idea, sencilla pero poderosa, de «las cosas llegan a ti en lugar de que tengas que ir a buscarlas». Las redes sociales como Twitter (DEP), Facebook o Instagram habían creado un nuevo paradigma en el que, como consumidor seguíamos teniendo un solo lugar para ver lo que nos interesaba, pero ahora quienes creaban contenido dejaban de hacerlo en sus propias páginas y hacerlo en la plataforma hegemónica del momento… o en múltiples. Poco a poco, creadores (y consumidores) quedamos a merced de El Algoritmo.
Todo esto para decir que ahora entiendo por qué los newsletters empezaron a tener tanto auge: Es una forma de retomar el control de lo que quieres ver y leer directamente a un lugar estrictamente personal. Es una nueva iteración de canales que han funcionado por siglos pero adecuados a la situación actual, mezclando tecnología del siglo XX (sí, el correo electrónico se inventó en 1960s) con el entorno y distribución de la segunda década del siglo XXI.
Fin de mi diatraba histórica-tecnológica. Centrémonos en la siguiente pregunta:
¿Qué pinto escribo yo aquí?
He escrito desde hace mucho. Casi siempre para mi, casi siempre relatos o historias cortas. Casi siempre en formatos digitales. He publicado (oficialmente) poco.
Desde hace mucho, también, me he dedicado a campos creativos, casi siempre audiovisuales. He hecho cine, fotografía, audio pero siempre me topaba con el mismo problema eventualmente: para empezar —o terminar— un proyecto tenía que depender de otras personas. Esto no se lleva bien con mi procrastinación así que fui acorralando a mi cerebro para no tener excusas. Solo estamos yo y la máquina —una computadora, no una máquina de escribir— y si algo va a ser escrito lo tengo que escribir yo. Es, a final de cuentas, mi versión del «prepara tu mochila para ir al gimnasio una noche antes, así no perderás el ímpetu alegando no estar listx para ir la mañana siguiente» aplicada al texto.
Escribo de antes, decía, pero creo que ahora es cuando por fin me siento en capacidad de ofrecer “algo” en este lugar de “escritores serios”. Mucho de lo que escribí antes está desperdigado por diferentes plataformas que iré trayendo aquí. Tengo proyectos inconclusos que espero terminaré de alguna manera con estas herramientas. Es, también un lugar donde iré compartiendo, en medida de lo posible, procesos o fragmentos de la novela que empecé, luego tuve que dejar por cuestiones de trabajo y retomé en forma este año.
Los textos por venir
En el proceso de escribir la novela me he dado cuenta de que el proceso creativo no puede regirse por reglas estrictas (aunque sí por disciplina constante) pero mi cerebro ingenieril se pone nervioso ante la incógnita, así que (me) pondré algunas reglas, más una declaración de objetivos (a lo Jerry McGuire) que ayude afrontar el futuro:
Nada de lo escrito está en su versión final. El botón de “Editar” no se va a ir a ningún lado.
Seré constante, aunque tal vez no (tan) frecuente.
Editar y reescribir (sin procrastinar) cuenta como escribir.
Temáticas
He escrito cosas en inglés pero, para mantener la estructura y marcar una línea entre las temáticas de las que escribo, he decidido que todo lo que publique aquí será en español. A final de cuentas, todo lo “literario” que escribo está en este idioma, pero también espero con esto hacer mi mínimo aporte en el océano de textos en inglés de esta plataforma.
Hasta el momento, tengo tres grandes secciones en las agruparé mis textos:
Desvaríos varios. La publicación principal; reflexiones, experimentos y pruebas de textos más largos.
148p. Historias de ficción (o auto-ficción) contadas en ciento cuarenta y ocho palabras exactas.
3-10pt. Cosas que me parecen interesantes sobre lo que leo, veo o escucho y pueden ser interesantes para más gente.
Recomendaciones
Siguiendo el espíritu de Substack, aquí están tres recomendaciones que sí leo (o escucho) cuando me llegan al correo:
- . Si nunca has leído esta novela, esta es una muy buena forma de hacerlo.
- . Ilustraciones (y textos) sobre creatividad y las palabras.
Grandes infelices. Un podcast sobre la vida (infeliz) de escritorxs. Vale mucho la pena.
¡Hasta la próxima!
— jl
medio día del martes,
desde mi escritorio, con mucho calor.