Describir la violencia
Narrar un acto requiere de la racionalización, y eso solo puede hacerse con cierta distancia de lo que se intenta describir
Esta es mi tesis: describir la violencia require una racionalización que solo puede hacerse lejos de la misma. Es decir, para poder explicar cómo se siente la violencia es necesario no estar viviéndola. Y no me refiero a «viviéndola» en el sentido de que la violencia exista a tu alrededor mientras vas a comprar un kilo de mandarinas al supermercado; me refiero a vivirla en ese momento.
Imagina que alguien te pida que escribas sobre tus sentimientos mientras te apunta con una pistola y tú solo eres capaz de no dejar caer el lápiz. Fun fact: apuntarte con una pistola es una de esas cosas en la que piensan todas las personas entrevistadas para escribir esto cuando piensan en violencia. La principal para la mayoría. ¿Por qué? Tal vez por el cine. En el cine he visto a sádicos exigir a sus compañeros de escena hacer cosas difíciles teniendo un cañón enfrente: bailar (como en varios westerns), reir (como en múltiples películas de gangsters), responder a preguntas simples (Pulp Fiction, 1994) e incluso hackear mientras reciben una felación (Swordfish, 2001)… nunca he visto que les pidan explicar sus sentimientos.
Y, es que, de verad, no se puede: todas estas ideas, como dije, solo pueden existir desde fuera de la violencia. En la violencia no hay mucho tiempo para reaccionar, mucho menos para describir. Tú, el ser autónomo, siente la amenaza y tu reacción inmediata es la llamada «de lucha o huída»; de ella depende depende todo cuanto puedes percibir y lo que puedes hacer. El caso típico es la parálisis. El cine se luce en esta situación con una explosión narrativa gracias a la mágia freeze-frame, del montaje y del voice over:
¿Alguna vez has cruzado la calle mirando al lado incorrecto? Y, ¡ey! ¡presto!, hay un coche casi encima de tí. Entonces ¿qué haces? Algo muy tonto: te congelas. Y tu vida no pasa frente a tus ojos porque estás demasiado asustado[1] para pensar. Solo te congelas y pones una cara estúpida.
— Snatch (2000)
Gracias Guy Ritchie por ayudarme con este texto.
«too fucking scared to think» en el original ↩︎
N. del E. Este texto fue escrito para el módulo “Cómo narrar la violencia” en el Laboratorio de Narrativa con Juan Pablo Villalobos en Marzo 2022.
Otros Desvaríos
Clac-clac
Parte de 148p: historias de ficción (o auto-ficción) contadas en ciento cuarenta y ocho palabras exactas.