Parte de 148p: historias de ficción (o auto-ficción) contadas en ciento cuarenta y ocho palabras exactas.
Mi vecino aborda las tareas cotidianas como si fueran ceremonias japonesas. Se mueve lento, cuidando cada detalle de las cosas que lo miro hacer en su balcón. Da pasos cortos, medidos, al salir. Mueve, casi acaricia, la rama de una planta; la reacomoda. Deja una bandeja con ropa recién lavada en una mesa como si mostrara un regalo para un ser superior. Extiende un calcetín y lo revisa, extirpa cualquier pelusa, lo cuelga en el tendedero plegable de IKEA --igual al de su vecina de arriba, igual al mío, aquí al lado--. Busca el par y repite el gesto. Abre una botella con cuidado, como si la mínima agitación pudiera destruirla. Usa la tapa como medida, vierte el líquido en una olla , la mezcla con agua —supongo— . Riega cada maceta con la mezcla. Regresa los elementos —olla, tapa, botella— de vuelta a su sitio original. Luego se va.
N. del E: El título viene de 毎日(“mainichi”, todos los días) y 道 (“dō”, camino; el mismo kanji usado para judo y bushido). Sin embargo, estrictamente hablando, la frase is incorrecta y no existe como tal.