Cuestión de tiempo
Se acerca Sant Jordi en Barcelona, el día en que se regalan rosas, libros y sonrisas a amigxs, parejas e intereses románticos. En esa atmósfera, recupero un texto sobre el desamor.
Parte de 148p: historias de ficción (o auto-ficción) contadas en ciento cuarenta y ocho palabras exactas.
Dadas las fechas, aquí están las actividades que habrá para Sant Jordi por si estás en Barcelona o alrededores.
«No hay nada que puedas hacer para impedir que te rompan el corazón», pensé al pasar junto a la pareja de adolescentes. Ella, recargada contra la pared, con los brazos cruzados frente al pecho, vestida con uniforme —blusa blanca, falda escocesa y calcetas—, iteraba entre mirar los ojos del chico y bajar la mirada al piso para ocultar las lágrimas. Él, de frente, los brazos a los costados, vestido con jeans y camiseta — seguramente de otra escuela menos estricta, probablemente mayor que ella — , la mira con esa mezcla de desafío, compasión y frialdad que se puede permitir solo quien rompe y no quien es roto.
Parecía ser la primera herida en ese corazón joven. Todo se sufre más a esa edad. Aunque, ¿yo qué sé si con varios años más que ella y al menos cinco cicatrices, sigo sufriendo con los desamores casi igual que la primera vez?
N. del E.: Este texto, publicado originalmente el 2016-05-24, fue reeditado para esta versión. El autor afirma que ahora, casi diez años después, es más sabio y sufriría menos. Al momento de publicar esto, no hemos llegado a un acuerdo sobre si eso es cierto.
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