Parte de 148p: historias de ficción (o auto-ficción) contadas en ciento cuarenta y ocho palabras exactas.
Tener una revelación sobre la vida entre los cinco o seis años está en la norma estadística; hacerlo con unas tijeras en una mano y un puñado cabellos naranjas en la otra es una fortuna simpática.
Miras sorprendido al mono regordete de peluche. Hace menos de un segundo tenía un mohawk de pelos naranjas; ahora lleva corte militar. «El pelo vuelve a crecer», fue la lógica fallida que guió el tijeretazo.
Sabes que el pelo no volverá a crecerle. Quisieras enmendar el error pero el tiempo no puede volver atrás. Se quedará así para siempre. Tampoco puede detenerse. Un idea definitiva, inabarcable como el infinito. Un día la muerte llegará y no hay forma de evitarlo.
Tuviste suerte. Llegaste hasta ahí para darte cuenta.
Si tienes más suerte, tendrás tiempo para hacerte a la idea.
Con todavía más suerte, tendrás la oportunidad de dejar de pensarlo... a ratos.
N. del A.: Una idea que surge de mezclar una anécdota de mi infancia con la situación actual en la que miles de niños no han tenido, ni tienen, la oportunidad de cumplir cinco años para saberse mortales o son forzados a darse cuenta mucho antes.
Más Desvaríos Varios
La cámara como arma
N. del E. Este texto fue escrito y publicado originalmente en junio de 2015 (en inglés). Desde entonces, las cosas han cambiado bastante en términos de cámaras, imagen y usos del contenido digital; sin embargo, el contenido me parece relevante para la reflexión, por contraste, con la situación actual.
La insoportable construcción del ser
Parte de 148p: historias de ficción (o auto-ficción) contadas en ciento cuarenta y ocho palabras exactas.
La insoportable levedad del ser (digital)
Parte de 148p: historias de ficción (o auto-ficción) contadas en ciento cuarenta y ocho palabras exactas.